Para comprender mejor cómo enfermamos o cual es el proceso de la enfermedad, es importante conocer la estructura de la mente.
Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, para explicar la estructura de la mente, señala tres instancias: consciente, preconsciente y subconsciente o inconsciente. Cuando una persona recibe la presión del medio ambiente, por ejemplo, una infidelidad; experimenta ansiedad, angustia, depresión, ira y otros malestares psicológicos, que se expresan en forma de energía e invaden la instancia del consciente. La energía psíquica, es desplazada del consciente hacia el subconsciente por el mecanismo de represión (guardián de la salud mental). Liberado el consciente de la energía que genera el malestar psicológico, la persona se tranquiliza, bajan los estados de ansiedad, angustia, depresión y de ira. Luego viene el mecanismo de conversión y desplaza la energía del subconsciente al cuerpo, a través de las estructuras neurológicas mencionadas anteriormente. El mecanismo de conversión, como la palabra lo dice, convierte la enfermedad psíquica en enfermedad orgánica, afectando el órgano o sistema más vulnerable.
Los sistemas más vulnerables de los seres humanos son: primero los sistemas nervioso y endocrino, le sigue el sistema gastrointestinal, en tercer lugar el sistema cardiovascular y luego los demás sistemas. Como resultado de la afectación de los sistemas mencionados, aparecen una o varias, de las siguientes enfermedades: taquicardia, algias precordiales, reflujos, gastritis, úlcera gástrica, colon irritable, mareos, diarreas crónicas, estreñimiento, encopresis, etc,. Los casos siguientes, ilustran el accionar de los mecanismos de represión y conversión.
Una mujer equilibrada emocionalmente recibe una mala noticia, su esposo fue asesinado. De inmediato entra en crisis, grita, llora, se golpea contra la pared, golpea a quienes tratan de consolarla, se desmaya, el dolor es intenso ¿Qué ha sucedido? La instancia mental consciente se ha energizado y de inmediato entra el mecanismo de represión a actuar y observamos horas más tarde, que departiendo con sus amigas, ríe ¿Por qué logró reír en medio de tanto dolor? Porque el mecanismo de represión logró desplazar por un momento parte de la energía del consciente hacia el subconsciente, lo que le permitió un descanso momentáneo.
Cómo la energía desplazada es dinámica y obedece a un conflicto reciente, esta se devuelve al consciente intensificando de nuevo el dolor, luego se reprime desapareciendo el malestar psicológico. Pero cuando asiste al aniversario, asocia elementos de ese acto litúrgico con los del funeral, entonces, parte de la energía reprimida fluye al consciente causando nostalgia y dolor, luego la energía vuelve al subconsciente y se da el equilibrio emocional.
Don Ramón es propietario de una miscelánea y uno de sus proveedores es el señor Martín, quién durante cinco años le vendió mercancía a crédito con plazo a 30 días. La última vez el señor Martín, entregó a don Ramón mercancías por valor de $ 5.000.000.oo (cinco millónes de pesos). Don Ramón ha sido muy puntual en el pago de los créditos, pero en los últimos días, uno de sus hijos enfermó gravemente, generando gastos extras en servicios médicos, exámenes de laboratorio y hospitalización; ocasionando un desequilibrio en su economía.
Se cumplió el plazo de la última factura y se hizo presente en la tienda de don Ramón, el cobrador del señor Martín, quien exhortó al cliente a cancelar la suma adeudada. Don Ramón se sintió mal, era la primera vez que no tenía dinero para cubrir sus compromisos de turno. Explica al cobrador el motivo de su incapacidad para cancelar la factura. Esto ocasionó en él un desequilibrio emocional leve (ansiedad y angustia) provocados por una ligera invasión energética en la instancia consciente.
Ocho días después, el tendero don Ramón, es visitado por su acreedor, el señor Martín. Don Ramón se siente más mal que cuando lo visitó el cobrador, el conflicto o presión psicológica aumenta y por consiguiente aumentan los síntomas y adicionalmente aparece insomnio y depresión. Días más tarde, se hace presente en la tienda de don Ramón, una comisión judicial integrada por Juez, Secretario, Abogado, Secuestre y el señor Martín. Se trata del embargo y secuestro preventivo, del único bien y medio de subsistencia que posee el señor Ramón (su miscelánea). El conflicto emocional se intensifica y actúan, entonces, los mecanismos de defensa de represión y conversión.
El mecanismo de represión reprime la energía del consciente hacia el subconsciente y el mecanismo de conversión, traslada la energía del subconsciente hacia cuerpo, convirtiendo la enfermedad psicológica (ansiedad, angustia y depresión) en enfermedad orgánica, en este caso afectando el sistema gastrointestinal. Se activan las glándulas gástricas y se da una hiperfunción de las mismas, originando una hipersecreción de ácido clorhídrico (hipercloridia) y pepsina, afectando el estómago. Comienzan los síntomas orgánicos (náuseas, malestar estomacal, úlcera gástrica leve.
Don Ramón, acude al médico y éste le prescribe Omeprazol, Ranitidina e Hidróxido de Aluminio. Mientras ingiere los medicamentos, la hipersecreción se neutraliza. Deja de ingerirlos y vuelven los síntomas (ardor en el estómago y baja tolerancia a ciertos alimentos). De nuevo le son prescritos medicamentos y obtiene un alivio temporal, al dejar de tomarlos vuelve la hipersecreción de ácido clorhídrico y pepsina y por consiguiente los síntomas, aumentando también el tamaño de la lesión en el estómago.
Entre tratamiento y tratamiento, transcurre un tiempo considerable y la lesión gástrica ha crecido demasiado. El médico recurre a la cirugía y el paciente se recupera por un tiempo, pero de nuevo aparece la lesión en otro lugar del estómago. Si se interviene de nuevo, aparecerá en otro lugar y así sucesivamente ¿Por qué la enfermedad, en este caso, no responde al tratamiento con fármacos y cirugía? Porque el tratamiento fue dirigido al estómago, donde aparece el síntoma, y en este caso la causa de la úlcera no está en el estómago. Está en la psique o mente y es allí donde hay que tratarla y hasta cuando no se resuelva el conflicto psicológico que generó la enfermedad, este paciente no se recuperará. En este caso el conflicto o presión psicológica que generó la enfermedad, obedeció a la falta de dinero para desembargar la miscelánea o medio de subsistencia del enfermo.
Si en buena hora don Ramón gana una lotería, cubre la deuda y la miscelánea le es devuelta, su psique se equilibra, desaparecerán los síntomas psicológicos (ansiedad, angustia, depresión e insomnio) y por ende también los síntomas orgánicos. Dado el caso en que quedare alguna lesión estomacal considerable y esta fuere intervenida; la cirugía sería útil, porque la causa que generó la enfermedad orgánica, quedó resuelta.
Si el médico en vez de prescribirle a don Ramón, Omeprazol, Ranitidina e Hidróxidos de Aluminio y realizarle intervenciones quirúrgicas, en un acto de generosidad, mete la mano a su bolsillo y le da al paciente la suma de dinero que se requiere para desembargar la miscelánea, lo curará rápida y definitivamente.
¿Qué puede hacer el psicólogo en este caso? Un buen psicólogo clínico, tiene que lograr con sus técnicas psicoterapéuticas, que el paciente controle sus emociones, se tranquilice y no le dé importancia al problema. Si el psicólogo no tiene la capacidad para lograr un equilibrio emocional en el paciente, tiene otra alternativa, si quiere curarlo, meterse la mano al bolsillo y darle al paciente el dinero que requiere para salir del conflicto. La enfermedad en este caso, debe tratarse resolviendo la causa y no atacando el efecto o síntoma como se hizo.
PARA LOGRAR LA CURA DE LAS ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS, INDISCUTIBLEMENTE EL PACIENTE DEBE RECIBIR TRATAMIENTO PSICOLÓGICO Y LA HIPNOTERAPIA ES LA TÉCNICA PSICOLÓGICA MÁS IMPORTANTE PARA EL MANEJO DE ESTAS ENFERMEDADES.
Cuando una enfermedad psicosomática, como en el caso citado de la úlcera de don Ramón, es tratada con fármacos y cirugía, sin tener en cuenta el aspecto mental o emocional, es como si se intentara secar una quebrada, haciendo talas y quemas en su desembocadura. Si de secar una quebrada se trata, las talas y quemas deben hacerse en su origen, es decir en su nacimiento.
De igual manera, si se avería el empate de la canal y el bajante de su casa, produciendo humedad en la pared, no se puede pretender hacer desaparecer la humedad aplicando impermeabilizantes. Si se hace esto, la humedad aparecerá en otro lugar y se estaría dando tiempo a que la estructura de la pared se debilite.
El remedio en este caso es, soldar la avería del empate. Igual cosa sucede con la enfermedad psicosomática, se debe buscar el origen y resolverlo; de lo contrario sería aplicar pañitos de agua tibia y dar tiempo a que se dañe el órgano afectado.
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